Monday, August 22, 2005

Una canción de Jimi Hendrix


Un lector de esta columna me manda un mail con la lista de las diez mejores canciones de la historia del rock ‘n roll, según su visión personal. Me pide que le mande mi lista. La verdad nunca he hecho una. No tengo idea cual debería estar en primer lugar, pero si tuviera que escoger alguna fuerte candidata sería…Jimi Hendrix – Hear My Train a Comin’ (acústica). La canción en sí no tiene nada de extraordinaria. Es un blues clásico que dura tres minutos, de arreglos simples pero efectivos. La letra habla de un hombre a quien su chica le dice que es una desgracia; un hombre confundido por el trato que recibe de la gente, y que está solo en la estación esperando su tren. Hasta allí, nos encontramos con esa melancolía propia de los viejos blueseros del Mississippi. Pero lo que hace la canción diferente es la actitud de su última estrofa: Voy a dejar este pueblo / tengo que dejar este pueblo / voy a hacer muchísimo dinero / voy a ser grande, sí / voy a comprar este pueblo / y lo pondré todo en mi zapato / incluso podría darte un pedazo / eso es lo que voy a hacer.

Hay algo en ese repentino giro de la letra que siempre me llamó la atención. Detrás de esas frases tan simples, está la decisión trascendental de un hombre que ya sabe cuál es su destino. Me imagino al desconocido James Marshall Hendrix, quizás pobre y ninguneado por su chica, tomando la decisión de viajar a Inglaterra para que alguien reconozca su arte –fue llevado a Londres en 1966 por Chas Chandler, ex bajista de The Animals quien se convirtió en su manager-. El resto es historia.

El video de Hendrix interpretando Hear my train a comin’ con una guitarra acústica de doce cuerdas, aparece en EXPERIENCE, un documental producido por la BBC en 1968. Allí no está el Hendrix de la quema de stratocasters ni el de las acrobáticas piruetas con su instrumento. Está un hombre y su guitarra, cantando algo real, no para la disqueras ni para los estadios, sólo para él mismo y para aquellos dispuestos a escucharlo.

Para mí, esas son las canciones que significan “algo”. No son los grandes clásicos del rock, no tienen tanto que ver con la “historia” del rock, pero sí con la historia personal del artista. Y no me refiero a tal o cual canción en función a la cronología de su vida, sino a ese sentimiento particular que sólo se puede traducir en música.

¿Cuántos de ustedes han sentido que una situación no da para más y que la única alternativa que les queda es dar un paso adelante, aunque uno no sepa bien lo que le espera? Lo más probable es que el joven Hendrix nunca imaginara la rapidez con la que se convertiría en un icono, tampoco los problemas que su fama le acarrearía. Pero en Hear my train… expresa la actitud de alguien que ya había escogido su camino.

Así que voy a poner esa canción una vez más en mi reproductor, pensando en el personaje de la letra; esperando su tren, cabizbajo y solo, retado por el mundo. Todos necesitamos un viaje así, tarde o temprano.

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